¿Cómo dar ese cambio tan radical a la forma de ir y de hacer café? ¿Qué es lo que nos atrae tanto de ir a ese lugar?
El fundador del modelo Starbucks, Howard Schultz, trajo ideas juveniles y frescas para así cambiar el concepto de tomar café para siempre, inspirándose en las ideas de expansionismo de Mc Donalds para lograr un mayor éxito.
Desde que uno entra a éste recinto de cafeína y azúcar te reciben con cálida música, una atmosfera confortable con sillones que a la vista parecen muy cómodos (y lo son). Te acercas con los baristas y no hay vez alguna en que no te reciban con una sonrisa y un amable saludo.
Llegó el momento de decidir que café o bebida elegir y aquí radica un punto clave del éxito, el de poder personalizar nuestra bebida, ya sea que queramos una leche especial, algunos shots, frío, caliente, frappe, el infinito es el límite. Ahora, siempre me he preguntado ¿Porqué cambiar el nombre de los tamaños? El más pequeño, es “alto”, el mediano es “grande” y el grande es “Venti”. ¿Queee? ¿No lo podían dejar como son originalmente? En fin, esto también es parte de la experiencia Starbucks.
Una vez elegida la bebida, nos preguntan nuestro nombre para así ponerlo en el vaso. Esto más que amabilidad es un sentido de identidad para con el cliente, para hacerlo sentir parte de ese lugar y disfrutar aun más tu experiencia. Éste es otro punto importante de su éxito, la identidad con el cliente.
Llegamos a la pregunta, ¿Starbucks nos vende café? Les diría que más que eso, nos vende momentos en los que podamos estar en paz, alejados del tráfico o del stress habitual de un día de trabajo o escuela y poder degustar un poco de café en un vaso que lleva nuestro nombre, sentados en un cómodo sillón escuchando música agradable, algo a lo que nadie se rehúsa. ¿O si?
Lisandro Aguilar
Twitter @sizu_rojiblanko
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