domingo, 19 de septiembre de 2010

LO QUE ME DEJÓ EL TERREMOTO DE 1985

Por Eira Lizzete Hernández Ojeda
Twitter: @nenalinda2982
@littlestarmx

19 de Septiembre 1985 - 19 de Septiembre 2010 :: LO QUE ME DEJÓ :
Hace ya 25 años...

Recuerdo ése día, tenía escasos 2 años 10 meses, ése día teníamos que ir a la Ciudad de México al HCM, curiosamente ése día mi mamá se quedó dormida y faltó a su cita. Recuerdo a ver visto las lámparas que colgaban del techo moverse, mi mamá nos tomó a mi hermano y a mi, y nos llevó a la casa de la abuela, no sabían bien lo que pasaba, ya que la comunicación se había cortado, no pasó mucho tiempo antes de que se enteraran de lo sucedido. Gracias a Dios no estuvimos ahí.

Ahora, a 25 años, miro hacia atrás y me doy cuenta de lo grandes que somos cómo país, como seres humanos, si, el pánico se adueño de mucha gente, pero también es bien cierto que la solidaridad, la humanidad, la bondad se adueñaron de muchos más y así se hicieron presentes los voluntarios, personas que sin importarles soportar los hedores, escenas que jamás se imaginaron presenciar, gritos de desesperación, hambre, frío, penumbras, incertidumbre; pusieron manos a la obra, no cabe duda que cuando se quiere, se puede...

¿Qué necesitamos para unirnos así otra vez? ¿Una tragedia? - Veo los reportajes y de verdad me asombra lo que la voluntad puede hacer, lo que nuestros corazones son capaces de lograr, somos fuertes, somos grandes, ése terremoto es prueba de que podemos salir del hoyo, que si todos nos ayudamos, apoyamos, podemos hacer de lo imposible algo posible...

La escena más desgarradora para mi, es cuando buscando sobrevivientes en un hospital, empezaron a rescatar recién nacidos, ¡vivos!, ¡Wow! Eso sí que llenó de esperanza todos los corazones mexicanos, se me enchina la piel sólo de ver esa escena otra vez, no puedo evitar derramar lágrimas, porque cuando todo parecía perdido, porque cuando las esperanzas se creían perdidas, ésos bebés llegaron a iluminar la obscuridad en la que México se había sumergido por días...

Qué lindo saber que aún existen personas que ayudan desinteresadamente, que ayudan sin importar credo, raza ó posición social, a ellos, mi agradecimiento, ésto me ha enseñado que hay que ayudar a quien sea, sin pensar en el propio bien, porque uno nunca sabe cuando va a necesitar de otros...
A todas aquellas personas que murieron, Dios los bendiga, a todos aquellos que sobrevivieron... a disfrutar la vida porque se les dió una segunda oportunidad y no la deben desaprovechar...
Ojalá que todos miremos hacía atrás y aprendamos de ello, que juntos podemos salir adelante, que si se puede, que no hace falta tranzar para avanzar...